viernes, 29 de junio de 2012

FRANCISCO ESCALERA: LA METAFÍSICA DEL PAISAJE.


En el paisaje se encuentran todos esos elementos simbólicos que a mí me conmueven mientras transcurre el viaje”. Francisco Escalera

Efecto Luz III, Reina Sofía. Óleo sobre lienzo. 65 x 81 cm
Mirar las rigurosas pinturas de Francisco Escalera (Córdoba, 1965), de enorme pericia técnica, pone de manifiesto la indomable inclinación del pintor y su fecunda capacidad de trabajo. Sólo un artista dispuesto a pasar innumerables horas delante del lienzo podría alcanzar un resultado tan preciso.
La obra de Escalera encaja perfectamente en una galería que, a lo largo de su trayectoria, siempre ha confiado en la pintura de paisaje. Diferentes “vistas” de Jenaro Pérez Villaamil, Serafín Avendaño, Ovidio Murguía, Llorens, Bello Piñeiro, Lugrís Vadillo, Arturo Souto o Leopoldo Varela han colgado en las salas de nuestra galería. Ese gusto por el paisajismo y un cierto entender, entre nuestros visitantes, por esa temática artística atemporal es lo que nos ha hecho confiar en la obra de este brillante pintor cordobés.
La estética de Francisco Escalera resulta envolvente; atrapa al espectador con su trazo holgado y disperso, pero a la vez extraordinariamente seguro en la plasmación de una realidad que circunda y rodea nuestro espacio cotidiano. Es decir, el artista no pinta los paisajes que vemos sino aquellos escenarios en los que vivimos, donde las luces, los bloques y los planos no constituyen el objeto de nuestra contemplación sino la escena del hombre posmoderno: sus lugares comunes, su impaciencia, sus costumbres y sus nexos. Sus cuadros ejemplifican como lo global nos ha impuesto unos códigos de comunicación y decorados urbanos universales, con un valor sígnico próximo a la categoría de abstractos. Arquitecturas o playas lo mismo dan, ya que son, por lo tanto, en sí mismos.
Escenas de Playa 55. Óleo sobre lienzo. 65 x 81 cm
Francisco Escalera es el testigo de la realidad humana moderna. Ese estado que se va apartando de la naturaleza para rodearse de un mundo en el que poder vivir la ilusión de sentirse el único hacedor de todo cuanto existe. Se trata de un universo en donde la luz, tan importante en la obra del pintor, es la pieza básica que marca los horarios antes que el elemento que dibuja las formas representadas. Entramos, pues, en el universo simbólico del artista, en unas pinturas urbanas y rurales que, según afirma, “tienen algo de metafísico que me atrae y, sobre todo la dualidad del ser humano como ‘constructor-destructor’ del espacio y el silencio”.


Actualmente, el fondo de la galería cuenta con las dos obras de Francisco Escalera que se muestran en esta entrada.