Ya se puede visitar la exposición sobre Lino Martínez Villafínez que exhibe la
galería José Lorenzo. La muestra,
que cuenta con 23 trabajos del autor, presenta óleos de diferentes épocas y
temáticas del pintor. Además, dada su importancia dentro de la trayectoria del
artista, se ha querido conceder especial protagonismo a las escenas que
inmortalizó de la ciudad de Santiago de
Compostela. Todas las obras están disponibles para su venta.
Dentro de ese grupo de obras cabe salientar dos
lienzos del Pórtico de la Gloria con
un preciso estudio de la incidencia de la luz, sobre la joya románica, en dos
instantes diferentes. Del entorno catedralicio se exhiben otras muestras como
una vista de la Plaza de Platerías o
una escena del Hospital de los Reyes
Católicos desde el Palacio de
Gelmírez. Pero no sólo se encargó de retratar los lugares más reconocidos
de la ciudad, sino también las estrechas callejuelas del casco histórico o las
inmediaciones de Bonaval.
La factura suelta y empastada de Villafínez adquiere
mayores cotas de libertad en los diferentes paisajes que han sido seleccionados
para la ocasión. Todo lo contrario de sus bodegones, que muestran una mayor rotundidad
a la hora de enfrentarse al lienzo.
Con todo ello se quiere poner de manifiesto la
versatilidad técnica de un artista que, a través de sus trabajos, nos permite
“admirar tanto su obra artística, como su grandeza de espíritu”, tal y como
afirmó Laxeiro.
Lino Martínez
Villafínez
Nacido en Marín
en 1892, sus primeros cuadros fueron fechados en el año 1913. Una época en la
que se centró, principalmente, en la pintura de marinas. En 1924 se trasladó a
Santiago de Compostela y allí se desarrolló la mayor parte de su vida y obra.
Comenzó trabajando como dibujante de quirófano en el hospital de Santiago y, en
ese primer período en la capital gallega, conocería a importantes figuras de la
cultura y el arte, como Castelao o Francisco Asorey. Fue becado en tres
ocasiones por la Diputación de
Pontevedra y, en 1931, realizó un viaje de formación a Madrid. En los últimos años de su vida pintó cada vez con mayor
rapidez, insistiendo en el paisaje histórico compostelano. Muere en Santiago en
1970.